La vida era dura, con una dieta limitada y pocas comodidades. Las mujeres estaban subordinadas a los hombres, tanto en la clase campesina como en la nobleza, y se esperaba que aseguraran el buen funcionamiento del hogar. Los niños tenían una tasa de supervivencia del 50 % más allá del año y comenzaban a contribuir a la vida familiar alrededor de los doce años.
